domingo, 10 de marzo de 2013

Jóvenes Talentos


Sinopsis:
En Sofía, Bulgaria, a finales de los ochenta, la vida bajo el anquilosado régimen comunista no puede ser más lúgubre. En el viejo edificio de la Escuela de Música para Jóvenes Talentos la mayoría de los profesores trata a sus alumnos como si la música que les enseñan no tuviera ningún poder para conmoverlos. Konstantin, un pianista de quince años y talento excepcional, confinado en la escuela durante la mayor parte del día, no pierde ninguna oportunidad de manifestar su rebeldía: fuma, bebe, se burla de las formalidades del partido… Inteligente y arrogante, divertido pero cruel, se debate entre el deseo de sobresalir y el de fracasar estrepitosamente. Pese a todo interpreta apasionadamente a los grandes maestros. El aprendizaje de cada pieza es un nuevo reto que le revela exquisitos matices y el piano, un refugio de la realidad, pero también la cadena que lo mantiene unido a ella: quizá pueda sacarlo del país.

Resumen:
 No fue muy difícil tomar la decisión de comprarme este libro, ya que la sinopsis me atraía enormemente por mi relación con la música y en especial por el piano.
Y, debo decir, tardaré años en olvidar este libro. Puedo asegurar que ahora encabeza mi lista de libros favoritos.
El lenguaje, tan cuidado y al mismo tiempo tan burdo y tan directo, me echó para atrás
los primeros días. Sopesé la posibilidad de dejar de leerlo. Al fin y al cabo, no debía. No
era un libro para mi edad. No lo habría sido en un año, y puede que tampoco en dos.
Pero el libro no era como una película subida de tono, que da igual si dejas a la mitad,
yo no podía abandonar Sofía.
No es que el libro me transportase a la escuela de música, es que la hacía aparecer en mi
casa, en la calle, en el instituto. Aun cuando el libro estaba a kilómetros de mí, el cielo
gris de Sofía seguía estando encima y todos los personajes paseaban a mi lado.
Por eso me encantó, porque le quitó importancia a mi rutina diaria y se convirtió en
mi prioridad vital. Me alimenté de cada palabra, cada espacio, rezando para que al
terminarlo se me hubiese contagiado una milésima parte de la genialidad del señor
Grozni.
Si no tocase el piano, si no comprendiese cada una de las frases de nuestro
protagonista, puede que no me hubiese obsesionado tanto. Pero le entendía. 
Los diálogos, no especialmente abundantes, son espectaculares. Tan sumamente
perfectos que asustan. Abusando de surrealismo a ratos, lo que hace todavía más
deliciosa la novela, el entorno y el argumento. Son capaces de describir a una persona
en dos renglones.
Las descripciones, tanto de las obras de piano como de las personas de la escuela, son auténticas obras de arte.
Jóvenes Talentos está empapado de magia. Puede hacer gritar de rabia y puede hacer llorar. Os invito a todos, si no lo habéis hecho ya, a leerla.

Y de nota, el primer sobresaliente, un rotundo 9'5 (porque nada es perfecto).